domingo, 15 de febrero de 2009

Eternamente y ¡Para Siempre!

Hace algunos meses tuve una experiencia que me llamó a la constricción de espiritu. Cierto día, mientras usmeaba en el internet, me topé con un video en Youtube que aseguraba ser una prueba de la existencia del infierno. Al principio no le di mucha importancia, pero la curiosidad fue mas fuerte y decidí echarle un vistazo. Al inicio, el material explicaba la travesía de ciertos investigadores rusos, que al trabajar en excavaciones profundas en la región de Siberia, se toparon con un espelusnante hallazgo. ¡Se toparon con el Infierno!

Para un inconverso esto pudo oler a fraude inmediatamente, pero a las luz de las palabras de Cristo, que habló sobre el infierno más que nadie en la Biblia, no pude más que escuchar... ¡simplemente aterrador!; los lamentos y sollozos de las personas en la grabación estremecieron mi alma, definitivamente el sufrimiento era indescriptible y, como mencioné anteriormente, el conocimiento de la Palabra de Dios me hizo reflexionar.

¿Por qué en las iglesias no se habla del infierno? ¿Por que se habla tan poco del arrepentimiento? Siempre hablamos de los frutos del espiritu, de confiar en Cristo y tener fe, pero, ¿por qué rayos no se educa al cuerpo de Cristo en cuestión de la salvación, que a mi parecer es el punto neurálgico del ser de la humanidad.

O te pierdes o te salvas, eres de Cristo o eres de Satanás.

Es sorprendente que el cristiano moderno tenga tan poco claro el significado de la palabra ETERNIDAD. ¡Es importantísimo!

Imaginemos el siguiente ejemplo: una persona ha muerto. Su alma quedó en pecado y por lo tanto cayó en condenación. Esta en el infierno. Los primeros momentos deben de estar fuera de la imaginación humana, una experiencia simplemente horripilante. Pasa el tiempo y cumple 1 año, después 10 años, después 100 años, para este punto, ya superó el tiempo que vivió en la tierra, lapso temporal insignificante, pero veamos... después cumplirá 1000, después 10 000, 100 000, 1 000 000, 10 000 000, hasta 100 000 000 ¡CIEN MILLONES DE AÑOS! y lo más importante es que la eternidad no ha terminado, repetirá esos cien millones de años en tormento por su pecado infinitamente.

Pido a Cristo mi señor nos ayude a salir adelante y le agradezco por la lección de ceros que me ha dado. Seamos realistas y vivamos el evangelio del arrepentimiento y no el evangelio de la farsa, que solo habla de riquezas y lluvias de oro. El mejor tesoro que podemos acumular en la tierra es la salvación y la casa que Cristo nos prepara allá arriba.

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